“Mi experiencia como migrante ha sido bastante satisfactoria o bendita por Dios, La Chinita y San Benito”

Por Graciela Portillo / Reportera de Entre Parceros y Panas desde la emisora RADIO Fe y Alegría Maracaibo, ubicada en Maracaibo, Estado Zulia/ Venezuela.

---

El periodismo vela por el cumplimiento de los derechos fundamentales; por ello, quien lo ejerce es la voz de una ciudadanía que denuncia y propone. Pero los periodistas venezolanos por lo general narran un país al que también sienten, viven y sobreviven. Para Douglas González, además de una profesión, el periodismo se convirtió en un reto cuando el hambre tocó su puerta.

“La decisión de emigrar de mi país fue una decisión obligada porque ya el sueldo no me daba: solamente comía una vez al día, y cuando pagaban la quincena comía dos o tres veces”, relata González.

​Él es docente universitario y periodista con 15 años de experiencia, oriundo del municipio Cabimas en el estado Zulia. Haber invertido su tiempo en años de formación no fue suficiente para que a sus 50 años pudiera dormir con tres platos de comida en el estómago. Conforme se iba agudizando la crisis económica de Venezuela, su salario se iba degradando como si de un juego de colores se tratara.

---

Fue un 19 de noviembre cuando Douglas González emigró junto a su sobrina, que venía acompañada de su esposo y sus dos hijos. Lo hizo un día después de que se festejara la aparición de la Virgen de Chiquinquirá, la patrona del estado Zulia, como si de un amuleto de la suerte se tratara.

Días antes, Douglas se encontraba en un aula de clases atendiendo a sus estudiantes universitarios, cuando su teléfono repicó. Era su sobrina para avisarle que tenía todo listo para irse a Colombia. Douglas no lo pensó dos veces: apenas colgó la llamada, se fue a su casa para vender algunos bienes que tenía, logrando reunir 25 dólares. Uno 25 dólares que lo acompañarían para dejar sus raíces y renacer en otra tierra.

Douglas tenía a sus hijos desde hace tres años en Medellín, desde donde le pedían a su padre que se fuera con ellos para que no continuara viviendo una amarga realidad: Douglas apenas percibía 3 dólares mensuales, que hoy en día equivalen a aproximadamente 650 mil bolívares. Entonces, era cumplir la petición de sus hijos o seguir viviendo cada día con la nevera vacía.

“Mis hijos me decían que me viniera, y decidimos salir de Venezuela hasta Maicao y luego a Medellín, esta ciudad que me acogió”, explica.

Douglas empacó sus títulos universitarios con un ruido en el estómago y partió desde Cabimas hasta Maicao en una camioneta. Una vez que selló su pasaporte, se fue directo a Medellín, “la ciudad de la eterna primavera”.

Así fue que se dio una nueva oportunidad: acobijándose con sus hijos y sintiendo el calor de un fuerte abrazo luego de tres años de distancia y con la certeza que todo saldría bien, porque ya no estaría más en soledad.

Douglas con 50 años se enfrentó a la experiencia de ser migrante: empezar de cero aún con una sólida experiencia laboral. Aunque al principio no fue fácil, él le agradece profundamente al país que lo recibió, porque dos meses después de haber sellado su pasaporte, se le fue otorgado el Permiso de Permanencia Especial por Migración Colombia. Luego logró incorporarse al campo laboral, trabajando como vigilante de un restaurante de 12 de la medianoche a 7 de la mañana.

Pero Douglas no se quedó de brazos cruzados: su pasión es el periodismo y no lo echó a un lado, principalmente porque había emigrado con los documentos apostillados.

Así, logró formar parte de dos organizaciones que agrupa a periodistas: El Circulo de Periodistas y Comunicadores Sociales de Antioquia y la Alianza de Comunicadores Venezolanos de Antioquia; en ambas, Douglas ha recibido tallares de formación y, a la vez, colabora en algunos proyectos comunicacionales.

​“Mi experiencia como migrante ha sido bastante satisfactoria o bendita por Dios, La Chinita y San Benito”, expresa. Para aquellas personas que nunca han emigrado y piensan hacerlo después de esta pandemia, les digo que deben empezar desde menos cero, porque aunque en Venezuela sean magister o tengan doctorados, eso es en Venezuela, en otro país no es así”.

---